miércoles, 24 de abril de 2013

2007

Pasea despacio, no necesita nada excepto un pitillo que saca de su bolsillo. Se lo posa delicado en los labios y lo enciende resguardando la llama tras su mano para que, la delicada brisa que acompaña sus pasos, no la apague. El sol se filtra por entre sus gafas de sol y el cielo azul tiene unos toques cobrizos. El río camina lento pero imponente por su cauce. La hierva recién cortada  añade notas deliciosas a la frescura de aquella mañana soleada de verano. Se apoya sobre una barandilla para mirar la ribera del río verde de la otra margen. Veo su eterna melena rubia, mecida por el viento y mi imaginación me lleva a un campo de trigo, en el que bañado por el sol las espigas mueven cadentes sus tallos. Se gira y levanta sus gafas y sus ojos azules atrapan los míos y no los dejan escapar. Acaricia mi mano, tira su cigarro y exhala la última bocanada de humo. Espera que diga algo mientras roza mi barba, "Rubia..." logro decir en un minúsculo susurro y abre más los ojos "Rubia, eres tu. No quiero nada más." Agarra mi mano fuerte y no la suelta, besa mi mejilla y una lágrima rueda por sus perfectas facciones. Separa sus labios, trata de decir algo. No dice nada, de  mí se aparta. Se marchó por siempre.

miércoles, 6 de marzo de 2013

A la mar

Huele a mar al despertar cada mañana con el suave balanceo de las olas al mecer el imponente barco de madera negra y velas color vainilla. Con una taza de café saludo al nuevo día. El sol aun está tratando de secarse el horizonte marino. Saludo cordial al capitán de derrota quien me abraza fuerte y dice, como cada mañana "Mar en calma y viento en las velas. Marcho al catre" No es lo habitual pero, tantos años con la misma rutina, rompe un poco los modos. Rumbo Sur-Suroeste y la brújula no falla. Pocos marinos todavía. La brisa fresca me despeja mejor que el negro café que prepara el cojo del cocinero. Saco del bolsillo interior mi pipa italiana y la prendo. El humo resbala por entre garganta, llena mis pulmones y simplemente contemplo como se inicia el día. La cubierta comienza a ser limpiada. Afiladas las espadas y espoletas nuevas en todas las pistolas. Mañana daremos caza a ese navío inglés y promete ser divertido.

lunes, 31 de diciembre de 2012

Felices fiestas

Este texto está dedicado en memoria de "El bueno de Mell"

Hijo de puta como siempre, sonrió despacio al salir del bar rápidamente del bar antes de que el camarero se diera cuenta que no había pagado ni un duro. Montó sobre su moto y arrancó. Vibraba  con un tintineo de agradable testicular masaje. Retirose el pelo y encendiose un pitillo inter labios en pos de la culminación de la noche sobre el culo de una prostituta del lejano oriente. En el tiempo bendito entre que los poetas de barrio llegan al regazo de sus almohadas y los farloperos de poca monta continúan con su pretensión de arañar horas a una noche ya casi extinta, es el momento en el que los funcionarios de porra y donut están distraidos, asi que nadie se percató del temerario y alcohólico pilotaje del personaje que atañe a este relato. Malaparcó la moto sobre la acera y aporreó el energúmeno la puerta. Una chiquilla con cara de sueño que apenas llegaba a la altura del pecho asomó por la rendija de su puerta. El destino no está carente de ironía. El desgraciado éste, acabó haciendo lo mismo. Saludar por entre la rendija de aquella pequeña niña. Por suerte, la suerte se terminó para este simpático descerebrado. Ir a 140 km/h por una carretera con curvas, hielo en el ron y escarcha en la calzada es igual a fraccionar tu cuerpo por la mitad al colisionar contra un "quitamiedos".

 Los intestinos sobre el asfalto de "El bueno de Mell" os desean Felices Fiestas y una moraleja. No bebas y conduzcas.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Era necesario.

Apenas si respiro para que no me oigan. El ruido de mi corazón desbocado trata de delatarme, incluso el puñal de filo onírico temo que haga suene al destellear en la oscuridad. Se que ella va a entrar primero, él, seguramente aparcando el coche. La cerradura suena como las trompetas del apocalipsis y yo soy su jinete que cabalga contento, triunfante y deseoso de comenzar su misión. "Es para lo que he nacido, para lo que he sido entrenado, con lo que sueño, con lo que me alimento" Creo que mis pensamientos chillan y con el sigilo de un gato me pongo a su espalda y veo su melena rubia, su abrigo de color crema, su perfume lleno de intención. Ella no lo sabe pero, ya está muerta. Le tapo  la boca con mi mano enfundada en guante negro, lo último que besará, seguro. El puñal se abre paso entre su cascada dorada hasta llegar a su nuca, atravesarla e incluso asomar tímidamente por entre  sus labios. Es rápido, ella no sufre. La sangre resbala hasta la empuñadura y comienza un lento goteo camino a la alfombra. Con sumo cuidado retiro la hoja y a ella, la desplazo delicadamente hasta un asiento de aterciopelado carmín. Siento su cuerpo ya sin vida y enciendo la chimenea. Preparo dos copas de vino y espero en un rincón oportunamente oscurecido. Estoy feliz, ella no debía sufrir. La puerta al fin vuelve a abrirse, es él. "Cariño, has encendido la chimenea y preparado un par de copas de vino" dice feliz el futuro infeliz, "Claro que si" susurro en en el amparo de la negra muerte. Se acerca él a su mujer y una mueca en su cara refleja la realidad. Salgo de entre las tinieblas y me mira con lágrimas en  los ojos, "Ella no se lo merecía"solloza "ella, era buena" . Sonrío y solo puedo decir "Era". Comienza el espectáculo.

martes, 11 de diciembre de 2012

Lo que conozco.

Escribo de lo que conozco. De puros, de alcohol, de peleas, de oníricos paisajes en los que habitan bellas mujeres que ansío acariciar su blanca  piel aunque sea una vez. De novias que tuve, de romances de una noche, de arrepentimiento, de tristeza, de amigos e incluso de mi propia familia.

He llorado a amigos que ahora solo son recuerdos, he alardeado de pose bohemia, he tratado de describir lo que siento cuando monto en moto, mis sueños, mi mayores pesadillas y temores. He visto el futuro con personas que duraron un segundo en mi vida.

He sentido muchas cosas, las lágrimas de una madre inconsolable por la perdida de un hijo,  mi mejor amigo, mi hermano, en una caja de cristal, el abrazo firme del asfalto sobre mi cuerpo, mis dos cejas partidas, mi corazón sangrando por una herida que jamás sanará, el abrazo sincero de mi hermana cuando me nota triste, un beso en la mejilla de mi padre, una colleja cariñosa de mi madre.

He desperdiciado muchas oportunidades en mi vida, he aprovechado muchas otras, no se donde estaría si  hubiera elegido unas o hubiese desdeñado otras, lo que se es que aquí estoy y no puedo estar mas agradecido por ser quien soy.

martes, 2 de octubre de 2012

True history

Reconozco que tuve la mirada impasible. La gente huía, salían del bar para salvar la vida, buscando  la salvación de la calle, el amparo de la brisa. Solo uno, el más valiente se quedó allí. Bendita sea su alma y su cuerpo que ya se desvencija. Aquella noche, en la que desalojé un bar de un solo tiro, descubrí que era intolerante a la lactosa.

jueves, 30 de agosto de 2012

Con la nieta.

"Era una mañana fría, lo recuerdo bien porque tenía esa deliciosa sensación de la manta caliente sobre mi pecho y la cama con la forma de mi cuerpo. Sonó el despertador y comencé la mañana. Ducha, afeitarme, desayuno, cepillarme los dientes, buscar las llaves y fui a la oficina. Era un viento gélido y seco, cielo azul y un sol que alto que no calentaría mis manos aunque lo rozara. Llevaba mi 3/4 de lana azul, con el cuello vuelto, nariz escondida y enrojecida. Me hubiera fumado un purillo, pero creo que lo estaba dejando, en fin, el caso, como te contaba, llegué a la cafetería de siempre y me tomé un cafelito solo, sin azúcar y con hielo "Como mi futuro" solía decir. Abrí la oficina y conecté los ordenadores. A eso de la media hora llegó mi padre con mala cara, le pregunté el motivo y no respondió. Regresé a la cafetería con él e hizo una cosa que no comprendí hasta tiempo después. Me abrazó fuerte y susurró emocionado "Mi hijo" No pensé que fuera nada serio. Me explicó después que un amigo suyo de la infancia acababa de perder a su hijo en un accidente de tráfico, ese hijo tenía la misma edad que yo. Te cuento esto, nieto, porque quiero que sepas que mi padre fue un tipo genial y porque es una historia que me encanta" Bajó su nieta de sus cansadas rodillas y está, con dos coletas rubias, unos increíbles ojos azules y los brazos en jarras dijo "pues mi papá cuenta mejor las historias que tu, abuelo" Sonrió picarona y subió de nuevo a las rodillas "Ahora cuéntame como cazaste un ciervo tu solo y tu cuchara de madera" Arrugado y feliz, sacó de entre los cojines una cuchara de boj tallada a mano y comenzó "Era invierno y la nieve me llegaba hasta las cejas en las faldas del Moncayo, había pasado la noche en una cueva que, yo mismo horadé en la nieve virgen, con esta mima cuchara. Tenía mucha hambre, llevaba por lo menos perdido un mes por allí, pero no tenía miedo aunque si mucha hambre y de pronto escuché un ruido..."