miércoles, 14 de septiembre de 2011

Bad to the bone

El viento te oprime el pecho y sonríes dentro del casco. La lluvia atraviesa el cuero y te sientes satisfecho. El frío hace que tus manos tornen en gélido azul y el orgullo bombea tu corazón. Adelantas un camión y otras diez motocicletas, sin pensarlo, te siguen arriesgando su vida porque confían en ti, porque eres su hermano, porque no hay que preguntar ciertas cosas cuando ruedas, porque no se duda si tu hermano adelanta en una curva cerrada a un trailer de dieciséis ruedas, si el lo hace es seguro y lo hace pensando en el bien común. Aparcas la moto al lado de tu bar de siempre, con tu gente de siempre. Toda aquellas personas que merecen la pena se acercan te saludan y felicitan por tu estilo de vida, por tus hermanos y por tu chica. Corre la cerveza, los chupitos y alguna si se deja. Los amigos de azul se acercan y el más lúcido les convence para que no se nos multe, tampoco les conviene. Terminar la noche en casa de alguno, con algo de sangre en la boca y en los nudillos es algo más habitual de lo que nos gustaría reconocer pero, cuando vives al margen de la ley, te conviertes en tu propia policía, en tu propio juez y en tu propio testigo. Solo hay que saber discernir, buscando en tu ser, que es lo que se debe hacer o no.

martes, 13 de septiembre de 2011

Bar del tío Mell

Sonreía tras el denso humo blanco que emanaba de su puro. El ambiente cargado de aquella neblina y efluvios dulces de un barato whiskey, se hacía acojedor para los habituales del local. Las únicas luces que amenazaban con apagarse con cada paso del tren, iluminaba una barra de madera que vivió tiempos mejores y una ajada mesa de villar bien agujereada por esos puros que se consumían allí. El sonido sordo de las bolas al chocar unas con otras, acompasaba la caída de la ceniza al desgastado suelo.
Un camarero con un bigote mal cuidado y un cliente habitual. Gabardina veis, barba de tres días, sombrero marrón y aliento a malta escocesa fermentada y reposada 16 años en barrica de roble donde hubiera antes jerez. Quiso levantarse y se percató que le iba a costar más de lo que había pensado así que, pidió otra copa.
Una persona, de mediana estatura y de anchos hombros, rubio mal afeitado y con ojos azules. Todos sabían quien era, Mell, el dueño del bar. Un par de copas al fondo del bar se alzaron y unos cuantos mugidos del resto de los habitantes de allí sonaron. Se sentó al lado de aquel con gabardina y le miró a los ojos. "Tu hermano, se avergonzaría si te viera así" y aquel que no podía levantarse trató de hacerlo y se dio de bruces contra el suelo. Un leve gemido y después un ronquido. La ambulancia no tardó en llegar. El anciano Jhon murió sin remedio.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Frio sueco

Y busco anhelante
el cadente contorno de tus besos.
Te busco desde Serafín
hasta Olave,
y solo hallo vago recuerdo de tu sonrisa.

Frío sueco hiela mis huesos,
apaga mi corazón,
rompe mi alma.

¿Quieres odiarme?
¿Quieres olvidarme?
¿Qué quieres?

No fui lo mejor,
ni di todo lo que se esperaba de mí pero,
no supe hacer más.

Busco perdón,
solo martirio encuentro.