martes, 19 de octubre de 2010

Sueño de su aroma

El perfume de su cuerpo
todavía estaba en mis manos.
No había salido del portal
siquiera entrado al ascensor.
Estaba recostado contra su puerta
cegado por sus labios,
sus caricias y su aroma.

Pensaba como mi mirada
fue cautivada por la suya.
Como charlando con ella
solo el compás de sus labios
era suficiente, y no su voluptuoso corsé.
Sabía que me deseaba,
pero no quería una noche,
las quería todas.

Esperé una semana
y quedamos en un tranquilo bar.
Descubrimos que no había tiempo de tertulia.
Bebíamos de nuestras palabras
como luego haríamos de nuestros cuerpos.
Ya abandonado el local
y conociendo su lecho.
Recorrí su cuerpo,
tomé su saliva,
veneré su alma.

Cayó rendida en mi pecho
y luego en mi corazón.
Cerraba los ojos
y luchaba contra ello.
Dormida entre mis brazos
acariciaba su desnudo.

Decidí marcharme,
no porque quisiera hacerlo,
porque no hubiera sabido despertar a su lado.
Dejé su cama,
pisé el suelo.
"No te vayas" dijo con la mirada.
"Debo irme" salió de mí.
"Lo sé" tristemente respondió.
Se levantó etérea
y me abrazó al tiempo
que le besaba.

Al irme, cerré los ojos
y todo se desmoronó.
No estaba su aroma.
Rocé una mano con la barba
y ahí lo encontré.
El perfume de su cuerpo
todavía estaba en mis manos.

1 comentarios:

Unknown dijo...

Es increible Rubio...increible...
Se me ponen los pelos de punta cada vez que lo leo...
vales para esto y lo sabes!!!!

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