martes, 28 de agosto de 2012

Con el debido respeto.

"Te lo voy a decir como lo siento, sin palabras bonitas, florituras, ni acrobacias gramaticales. Ayer, después de que hablaras con Jhonny y le aparcaras debajo del puente, cuando te acercaste a mi y desdeñaras la copa que te ofrecí, sinceramente, me dieron ganas de meterte el 35 en la boca y apretar el gatillo solo por la curiosidad de saber que cojones tienes en la puta cabeza, si cerebro o un saco de estiércol. Eres un mierdecilla, ¿porqué no me tratas con el debido respeto? Al fin y al cabo, fui yo quien te pago la fianza, quien habló con el fiscal, para que salieras pronto de la sombra, quien te integró de nuevo, el que te ofreció trabajo después de que te trincaran. No, no me parece correcto, la verdad. Y creo saber el motivo por el que no te tomaste aquella copa conmigo. ¡Venga! esa zorra no valía la pena y todos nosotros la catamos antes y durante. Yo soy tu familia, tu padre, tu hermano como todos los que estamos aquí sentados. Me das pena la verdad. ¡Es más! no mereces ni que te sientes en esta mesa, desagradecido..." Hizo una pausa para beber un sorbo de vino "Quiero que me mires a los ojos, que nos mires a todos y por el amor de Dios, puta bola de sebo bañada en chocolate y frita en mantequilla y me pidas perdón, tomemos una copa y fumemos un puro" El silencio solo fue roto por algún carraspeo de alguien y el rascado de la silla deslizándose por el suelo. Se acercó despacio, con la cara tensa, tomó dos vasos, dos hielos y una botella. Los sirvió y lo puso en la mesa, al lado de él "Con el debido respeto, te pido perdón por lo ocurrido y espero que este día, el de tu cumpleaños, sea fantástico" Dicho esto aquel se levanto cogió la copa y se la estampó violentamente en la cara al tiempo que gritaba " ¡Gilipollas! ¡Más te vale!" 15 minutos después de que se tomaran la copa, llevaron al agonizante al hospital.

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