miércoles, 1 de septiembre de 2010

¿Una sugerecia para el título?

Bebía de su mirada de tal manera que casi se ahogaba.
Cuando ya por fin lograba atraparse en sus labios
y enjaularse en sus brazos, era incapaz de sentir crecer la hierba bajo sus pies,
de padecer el tiempo en su piel. Flotaba.
Y con el corazón besó sus labios
y con sus manos rozó su alma.

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