sábado, 14 de agosto de 2010

Que típico...

No podía apartar la mirada de sus formas, de como llamaba mi atención. Me atrapaba y aunque sabía que echaba chispas solo por ver que llegaba con la cartera llena y ni siquiera me miraba cuando telarañas habitaban en ella. Me sentía fatal después de gastar tanto dinero en ella además, estaba mi mujer. Pero me daba tanto placer...
Un día mi esposa me vio y jamás volví a gastar dinero en aquel sórdido local, en aquella tragaperras.

0 comentarios:

Publicar un comentario

.