martes, 16 de febrero de 2010

Lo que veo de mi, 5º

Una fantástica fantasía
extrajo de su melancolía
todo aquello que le dolía.
Por fin sonreía,
ya no fingía,
porque la cuerda le oprimía
por debajo de la barbilla.
Ya su corazón no latía
no palpitaba su vida
pero al fin sonreía.

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