jueves, 15 de abril de 2010

De paseo

Había ese perfume a humedad que predecía a una tormenta. Paseaba enebrado al brazo de una encantadora muchacha rubia y de ardientes ojos azules. Llevaba ella una camiseta blanca y unos vaqueros ajustados, desteñidos y con algunos descosidos. Pero el complemento que mas me llamo la atención, fue la sonrisa que lucía. A falta de sol, tapado entonces por unas espesas y espumosas nubes, irradiaba de sus arqueados labios una luz necesaria en aquel día tan gris.
Mientras andábamos se recostó en mi hombro y sonrió abiertamente. La miré sin que ella lo percibiera y no pude hacer otra cosa que imitarla. Unos niños jugaban infantiles al fútbol, bajo las vigilantes madres. Sin apartarse de mí, dijo susurrante: "cuando te fuiste, tomaste un pedazo de mi corazón. Ahora estoy completa". No dije nada, simplemente detuve el paso y mis brazos buscaron rodear su cintura. AL hacerlo, oculta en mi pecho, comenzó a llorar en silencio. Me separé unos centímetros y contemplé aquellas estrellas que rodaban por su rostro. "¿Que te pasa?" pregunté ignorante, "Nada" y se lanzó a conquistar mis labios. Sus lágrimas entraron en mi boca, esperaban que fueran de dolor, de arrepentimiento, mas alegría deleitó mi lengua.
Comenzó a caer tímida, una llovizna. Empapados pero contentos de estar el uno con el otro nos quedamos ahí. La naturaleza nos arropaba.

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